El miedo. Valiente el que no lo tenga, precavido el que sí. ¿Tener miedo es malo o de raritos? Pues no. De hecho si con algo nacemos, que nunca jamás nos abandona, es precisamente, el miedo; y quien diga lo contrario miente como un bellaco. ¿Quién no ha sentido miedo alguna vez en su vida? ¿Aunque sea a algo a priori ridículo? Sin ir más lejos, Leti le tiene miedo a los ratones y a cocinar -está pidiendo a gritos un curso de cocina-; también a los baños del cine -me diréis que no- y a mirar el espejo por la noche. Siempre dice que deja la taza del váter bajada por si entran bichos… A Tami le horrorizan las hormigas, sobre todo cuando van en fila, “en escuadrón”, como ella dice. No le habléis de dormir destapada, porque con 7 grados o 42 tiene que estar tapadita hasta la cabeza, no vaya a venir alguien y le coja de la pierna por el fondo de la cama.
El miedo…
Precisamente ahora es ese sentimiento que se te mete entre las carnes el que más impera entre todos los demás. Es lógico. Nosotras no podemos quitaros todas vuestras incertidumbres, dudas y terrores, por más que quisiéramos; pero sí podemos resolverte varias dudas para que, al menos, en lo que tiene que ver con la eliminación de tatuajes, simplemente pases a tenerle ‘respeto’ en tiempos raros.